Según
el director de los servicios secretos del país, tienen dieciocho años de haber
sido monitoreados “legalmente”.
Por
Cuba Impacto
La
jefa de los servicios secretos españoles, Paz Esteban, admitió este jueves 5 de
mayo que separatistas catalanes habían sido espiados desde Madrid a través del
spyware Pegasus, pero asegura que esta vigilancia se realizó dentro de un marco
legal.
La
primera mujer nombrada al frente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz
Esteban, fue interrogada durante casi cuatro horas por la comisión
parlamentaria sobre “secretos oficiales”, reunida a puerta cerrada. Según
integrantes de esta comisión, como la número dos del Partido Popular (PP,
derecha), Cuca Gamarra, Esteban admitió que los separatistas habían sido
espiados por sus servicios, pero siempre con luz verde de la justicia. Según
los medios españoles, los parlamentarios pudieron consultar las órdenes
emitidas por un juez que autorizaba la vigilancia de algunos de los
separatistas en la mira de Pegasus.
Asimismo
la jefa de los servicios de inteligencia precisó, según varios medios, que
dieciochos separatistas estaban involucrados, mucho menos que la cifra
mencionada en un informe de la organización canadiense Citizen Lab, cuya
publicación a mediados de abril desató una crisis entre el gobierno de Pedro
Sánchez y los separatistas. Citizen Lab asegura haber identificado a más de
sesenta personas del movimiento separatista cuyos teléfonos móviles fueron
hackeados entre 2017 y 2020 por el spyware Pegasus, creado por la empresa
israelí NSO Group.
Según
Paz Esteban, los otros cuarenta activistas podrían haber sido atacados “por un
gobierno extranjero” o por las agencias de seguridad españolas “habiendo
excedido los límites legales”. El día anterior, durante una audiencia
parlamentaria pública, la Ministra de Defensa había asegurado sin embargo que
cualquier vigilancia electrónica realizada en España se hacía dentro de los
límites de la ley.
Escándalo
político
Este
escándalo de espionaje dio un nuevo giro con el anuncio del gobierno el lunes
de que Sánchez y su ministra de Defensa, Margarita Robles, ministra responsable
del CNI, habían sido espiados en mayo y junio de 2021 a través de este mismo
software.
El gobierno español se negó a atribuir los ataques informáticos específicamente, diciendo sólo que eran ataques "externos". El principal sospechoso de estos hackeos de alto nivel es la inteligencia marroquí: tuvieron lugar en medio de la violenta crisis diplomática entre España y Marruecos por el tema de los migrantes marroquíes en 2021. Rabat, por su parte, afirma no haber utilizado nunca el programa espía. Algunos medios de comunicación españoles también plantearon la posibilidad de que los propios servicios españoles actuaran.
Este
doble escándalo ha desencadenado una gran crisis política en España, donde el
gobierno de coalición de Sánchez depende de los votos de los separatistas
catalanes. La posición del director del CNI se muestra cada vez más frágil: aún
apoyada por la ministra de Defensa, Paz Esteban está en el punto de mira de los
separatistas catalanes y de la formación de izquierda radical Podemos, socio de
los socialistas en el Gobierno.
El
actual presidente autonómico catalán, Pere Aragonès, que se encuentra entre los
espiados, exigió así su dimisión en la noche del jueves, exigiendo la
desclasificación inmediata de los documentos que permitieron realizar este
espionaje.
Particularmente
intrusivo, Pegasus permite, una vez instalado en un teléfono, recopilar todos
los datos almacenados allí, incluidos los mensajes intercambiados a través de
aplicaciones seguras. Según los servicios españoles, se extrajeron
aproximadamente 2,7 gigabytes de datos del teléfono de Sánchez después de que
fuera pirateado.