
El país tiene 163.000 toneladas de colmillos de
elefante y 67 toneladas de cuerno de rinoceronte en sus reservas, valoradas en
unos 600 millones de dólares.
Por
Cuba Impacto
Zimbabue
solicitó este lunes 16 de mayo el apoyo de los países europeos para la venta,
por un valor de 600 millones de dólares, de su stock de marfil, cuyo comercio
está prohibido. La Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de
Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) rige la prohibición del comercio
mundial de marfil desde 1989.
El
presidente ejecutivo de la Autoridad de Parques y Vida Silvestre, Fulton
Mangwanya, dijo a los embajadores europeos en Harare el lunes que su país tenía
163.000 toneladas de marfil y 67 toneladas de cuerno de rinoceronte en sus
reservas. Calculó el valor del marfil en unos 600 millones de dólares. “La
carga de tener que administrar un stock del que no podemos obtener un beneficio
económico (…) es dolorosa para nosotros”, dijo Mangwanya.
Una cuarta parte de los elefantes de África
Los
diplomáticos europeos disfrutaron de un recorrido por las bóvedas donde se
guarda el marfil en Harare. Mangwanya aseguró que si se autorizaba la venta,
sus ganancias irían a las comunidades locales cercanas a las reservas de
animales.
Con
100.000 especímenes, Zimbabue tiene la segunda población de elefantes más
grande del mundo después de Botswana, o alrededor de una cuarta parte de los
elefantes de África. La población de elefantes en Zimbabue está aumentando un
5% por año. Pero la capacidad del país no supera los 55.000 elefantes, según
funcionarios del país.
Sesenta
personas han sido asesinadas desde principios de 2022 por elefantes en Zimbabue.
La solicitud de Zimbabue no logró obtener apoyo el lunes. “La conservación y
prevención del comercio ilegal de especies silvestres son asuntos
internacionales debido a la participación de organizaciones criminales”, dijo
el embajador de Suiza, Niculin Jager.
Hace
tres años, Botswana, Namibia y Zimbabue exigieron el derecho a vender su marfil
adquirido por muerte natural o confiscación, pero su solicitud fue rechazada
por CITES en Ginebra en 2019.