Otra obra maestra del arte rociada por activistas verdes

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Tras atacar a un Van Gogh, a un Vermeer o incluso a un Monet, los activistas atacaron este martes en Viena un cuadro de Klimt con chorros de óleo negro. En nombre de la lucha por el clima.

Por Yannay Estrada

El famoso cuadro "Muerte y vida" del pintor austriaco Gustav Klimt fue rociado con un líquido negro el martes por activistas climáticos, anunció el Museo Leopold de Viena. "Los restauradores están trabajando para determinar si la pintura protegida por vidrio se ha dañado", dijo el portavoz Klaus Pokorny. La entrada fue gratuita el martes como parte de un día patrocinado por el grupo petrolero austriaco OMV.

El grupo Letzte Generation (Última generación), que reúne a activistas alemanes y austriacos, se responsabilizó de la acción en Twitter al publicar imágenes. Vemos a dos hombres atacando la obra, uno pegando la mano a la ventana, antes de ser neutralizado por un empleado. “Detener la destrucción (de la humanidad) por los combustibles fósiles. Nos precipitamos al infierno climático”, gritaron. Este grupo se define a sí mismo como “la primera generación en sentir el comienzo del colapso climático, y la última en poder detenerlo”.

Lluvia de críticas

Este nuevo ataque a una obra de arte -el enésimo en pocas semanas- provocó de inmediato fuertes críticas en las redes sociales. Y en todos los idiomas. “Cuando destruimos nuestro patrimonio cultural, destruimos nuestra identidad y aquello con lo que nos identificamos. Antes de que se salve el clima”, lamenta un usuario alemán de Twitter. “Es un acto terrorista y no ambientalista. Son incultos”, añade otro en francés. Una española tuitera, se inclina más por la teoría de la conspiración: “¿Qué museo te deja entrar con un bote de petróleo? Es que es demasiado raro todo". “SÓLO SON INÚTILES IGNORANTES”, finalmente se deja llevar, en mayúsculas, un internauta italiano.

¿Una nueva moda?

En las últimas semanas, los ambientalistas han multiplicado las acciones en todo el mundo contra las obras de arte para alertar a la opinión pública sobre el calentamiento global. Por ejemplo, pusieron sus manos en una pintura de Goya en Madrid o en la famosa serigrafía de "Sopa Campbell" de Andy Warhol que se exhibe en Australia, echaron sopa de tomate en los "Girasoles" de Van Gogh en Londres y untaron puré de patatas en una obra maestra de Claude Monet, en Potsdam, cerca de Berlín. Si bien las pinturas permanecieron ilesas, el incidente de los "Girasoles" provocó daños leves en el marco del lienzo.

Cerca de un centenar de museos internacionales, como el Prado de Madrid, el Louvre de París o el Museo Guggenheim de Nueva York, se declararon la semana pasada "profundamente conmocionados por (la) imprudente puesta en peligro" de estas obras "irreemplazables".